lunes, 27 de febrero de 2012

AHORA QUEREMOS HABLAR DE JESÚS

El cardenal de Barcelona lidera una iniciativa evangelizadora que durará toda la Cuaresma. "Quizá, dice, hemos hablado mucho de la Iglesia, ahora queremos hablar de Jesús". Por mi parte, pienso que el mayor problema que tiene el hombre de hoy, con relación a la fe, consiste en saber si se puede ser una persona del siglo XXI, sumergida en la cultura científica, y creer en la existencia de Dios. ¡Dios es el gran reto que tenemos los creyentes actuales!
A veces no caemos en la cuenta de que, en nuestras homilías y en nuestros escritos, centramos nuestro esfuerzo en decir a los fieles lo que tienen que hacer o dejar de hacer; y apenas si nos ocupamos en hablar de Dios, que debe ser el centro de toda tarea evangelizadora y homilética. Nuestra predicación, nuestras catequesis y nuestros diálogos rezuman de moralismo, y no advertimos que el pueblo necesita que le hablen más de Dios, con la autoridad del estigo; que le ayuden a descubrir el rostro de Dios y que le den criteri0s para dicernir su voz y su llamada.
Porque sólo Dios es la plenitud del hombre: la fuerza fecunda que le ayuda a descubrir y a desarrollar sus mejores energías. O como dice el Evangelio, a poner en circulación sus talentos y sus posibilidades. Porque la persona educada en el moralismo, ve la fe como una carga que hay que llevar, pero no descubre su alegría, nos advierte que es un auténtico tesoro, ni disfruta de la paz, del amor y de la bondad que el Espíritu Santo derrama en el corazón de toda persona creyente. Pues Dios es la plenitud del hombre y el camino hacia su realización más profunda.
Por eso me ha parecido que el cardenal Sistach ha sabido centrar la tarea evangelizadora, al decir que hablemos más de Jesús. Porque Jesús de Nazaret es el mejor camino hacia Dios, la puerta de la experincia más honda del amor y de la misericordia divinas. Que no en vano nos dejó dicho que quien le ha visto a Él, ha visto al Padre. Y en eso consiste el Evangelio: en saber que Dios sí existe y nos ama, que se ha hecho compañero de camino en la persona de Jesús y que por la fe en Jesucristo nos ayuda a alcanzar las cumbres de humanidad más sublimes. Es lo que nos enseñan, con su vida y con su palabra, los Santos.

miércoles, 22 de febrero de 2012

MIRAD QUE SUBIMOS A JERUSALÉN

Hoy, miércoles 22 de febrero, comienza la cuaresma. Después de recibir la ceniza, como signo de humildad y expresión de nuestra confianza en Dios, los católicos disponemos de cuarenta días para prepararnos a celebrar la Pascua: para renovar nuestras promesas bautismales y para participar de la fuerza transformadora de la resurrección de Jesucristo. El número cuarenta tiene raíces bíblicas. Las referencias más conocidas son la de Moisés , que estuvo cuarenta días en el Sinaí, antes de recibir las tablas de la Ley; la de Israel, que peregrinó cuarenta años por el desierto antes de entrar en la tierra prometida; y la Jesús, que pasó cuarenta días en la soledad antes de comenzar su vida pública.
La Iglesia nos ofrece tres medios para profundizar en el amor de Dios y en el sentido de nuestra condición presente: oración, limosna y ayuno. Como en otros aspectos de nuestra vida no nos debemos quedar en la letra, sino ir al espíritu profundo que subyace a estas tres propuestas. La oración nos invita a adentrarnos en la comunión con Dios: dedicar más tiempo a escucharle en la lectura y meditación de la Palabra, reconocer en su presencia y confesar nuestros pecados en el sacramento del perdón, hacer silencio para reavivar la conciencia de que nos habita el Espíritu Santo, dar gracias y bendecir a Dios por su amor de cada día... El ayuno que agrada a Dios no se limita al ayuno de alimentos, sino también a abstenerse de hablar mal de los demás, de hacer compras innecesarias, de gastar el tiempo ante el televisor, de juzgar y de condenar a otros, de enfadarse y poner malas caras, de matar la alegría de las personas con las que vivimos y con las que trabajamos... Y la limosna nos anima a compartir nuestro tiempo, a dar sonrisas y repartir gestos de ternura, a regalar comprensión y palabras de aliento, a ayudar con dinero a los que tienen dificultades para llegar a fin de mes...
Como veis, la Cuaresma es un tiempo para disfrutar de la alegría de ser cristianos, de la luz de la fe, de la paz que nos acarrea el perdón de Dios, de la bondad que nos lleva a pensar más en todos... Y de la esperanza, porque Jesucristo Resucitado nos dice que no vamos hacia la nada y el vacío, sino hacia los brazos acogedores de nuestra Padre Dios. Pues nosotros subimos con Jesús a Jerusalén, donde el amor ha vencido al odio, la luz ha iluminado las tinieblas y la vida ha sido la respuesta de Dios a la muerte, que parecía tener la última palabra.

lunes, 13 de febrero de 2012

REGALAR TIEMPO

Regalar es la actividad propia de las personas maduras, realizadas y magnánimas. Sobre todo, cuando regalan sin más, por puro amor de amar al otro, sea quien sea. No olvidemos que Dios es amor, puro don, y que no cesa de regalarnos cuanto somos y tenemos. Por eso decimos que todo es gracia: la vida, la fe, la alegría y el amor que nos inunda son gracias de Dios. Es decir, regalos que nos ha hecho porque es bueno, es la Bondad sin más.
Algunas personas se consideran pobres y no saben qué regalos hacer a los demás, empezando por sus hijos y su esposa/o; y siguiendo por los fsmiñiasres, amigos y vecinos. No caen en la cuenta de que seguramente son ricas en algo muy valioso: tiempo. Te sugiero que regales tiempo: para escuchar, para jugar, para conversar, para sonreir juntos, pasra amar... También puedes regalar tiempo a Dios: para orar, meditar cada día la Palabra, visitar a un enfermo, decir una palabra de ánimo a quien se siente hundido... El tiempo cuesta poco y es el regalo mejor. Si te organizas, puedes disponer de tiempo que regalar y descubrir la grandeza del regalo, del más valioso y más enriquecedor de los regalos. Nadie es tan pobre que disponga de algún tiempo; y nadie es tan rico que no necesite que le escuchen, le sonrían y le amen.

jueves, 9 de febrero de 2012

UN LIBRO INTERESANTE Y NECESARIO: "Cruzando el puente"

Aunque lleva ya unos meses en las librerías, tengo la impresión de que los católicos no hemos sabido valorar y aprovechar la excelente aportación de los Jesuitas Eduardo López Azpitarte e Ingacio Nuñés de Castro, dos autoridades en la materia: La visión de cuestiones básicas de la fe y de la vida a la luz de los desarrollos de la ciencia. Temas como la inseminación artificial, el empleo de células madres con fines terapéuticos, el aborto, la ingeniería genética, la muerte digna, la ayuda al envejecimiento, la contaminación ambiental y cómo compaguinar el derecho de la persona a su intimidad con el desarrollo de las nuevas tecnologías, entre otros, están tratados con hondura científica, con actitud dialogante y con solidez ética.
Un libro muy oportuno para profesionales de la medicina, trabajadores sociales y expertos en ciencias biológicas, económicas y medio ambientales. Muy útil también para todo creyente que esté interesado en conocer y en vivir la fe, y en dar razón de su esperanza y de su ética a quien se la pida. Y de modo particular, muy recomendable para los sacerdotes y para los catequistas, encargados de proclamar la fe en el mundo de hoy; y para los periodistas que tengan interés en informar con seriedad y con hondura sobre la postura de la Iglesia antes todas estas cuestiones.
Como libro profundo y sólido, requiere una especial atención, pero se lee bien por la claridad de exposición y por el interés de los temas.