domingo, 20 de febrero de 2011

AMAD A VUESTROS ENEMIGOS

Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Y dado que Dios es Amor, se deduce que hemos sido creados para ser amados y para amar. Hasta aquí todo resulta normal, pues vemos que las personas se sienten llenas y felices cuando son amadas y cuando aman; y que el que no ama ni busca amar, se va labrando su propio infierno.
Lo difícil es amar como nos ha encomendado Jesús de Nazaret: amar al que nos ha hace daño, al que no es amable ni parece tener nada que nos resulte atractivo, al violento que nos tortura y nos quiere quitar la vida... Por supuesto que es difícil, pero ese es el amor que nos recomienda Jesucristo, el amor que distingue a sus seguidores. Es así como amó Él, como han amado los santos y como amaron los mártires que murieron pidiendo por las personas que los habían torturado y les quitaban la vida.
Es un amor que está también a nuestro alcance, porque mediante el bautismo hemos sido liberados para amar y contamos con la presencia del Espíritu Santo, que derrama el amor de Dios en nuestros corazones. Por supuesto que nos cuesta, pero es posible también para cada uno de nosotros. Para lograrlo hay que tener paciencia, entrenar mucho cada día como hace un buen deportista y pedir a Dios que nos ayude a liberar nuestro espíritu de todo aquello que nos impide amar: egoísmo, orgullo, envidia... Por supuesto que no vamos a saborear y acoger ese amor en unos días, ni vamos a poder amar ya mismo a los que nos hacen daño, porque ese amor de buena ley que es fruto del Espíritu. Pero la oración, la ascesis y el entrenamiento nos ayudarán a amar y a progresar. Siempre será muy pobre nuestro amor, pero lo que importa es que siga creciendo cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario