domingo, 12 de diciembre de 2010

SUGERENCIAS PARA CELEBRAR LA NAVIDAD

Siguiendo lo que nos dice san Juan Bautista, si deseas celebrar una Navidad alegre y fecunda, te ofrezco estas sugerencias:
La primera, remover los obstáculos. Puede venirte bien una confesión. Procura mirarte a la luz de Dios y no dudes en acudir a este sacramento: con humildad, sinceridad, confianza y propósito de cambiar aquellas actitudes que no están en sintonía con el Evangelio. Centra tu atención y tus esfuerzos en la principal de ellas. Tienes un buen ejemplo de examen de conciencia en la carta de san Pablo a los Gálatas, 5, 19-23. No importa que haga años que no te confiesas, lo que cuenta es centrar tu atención en Dios, en la misericordia de Dios, para acogerla y disfrutarla. En nuestra parroquia puedes confesar todos los días, durante la media hora que precede a la santa misa.
La segunda, que busques espacios de silencio, para abrir de par en par las puertas del corazón a Jesucristo. Quizá puedas visitar un templo fuera de las horas de culto: Habla con Dios, acrecienta tu deseo de Dios, pídele que te ayude a descubrir su rostro y pon en sus manos todo aquello que te preocupa. Lo malo, para pedir ayuda; y lo bueno, para darle gracias.
Después, siguiendo aquello de que el que tenga dos túnicas, que dé una a quien no tiene, examina con los tuyos los gastos que os podéis permitir, incluyendo los de Reyes y fin de año. Después, decidid qué porcentaje vais a compartir. Superior al 10%. Quizá conozcas a amigos, vecinos, familiares o compañeros de trabajo que lo están pasando mal. Siempre hay una manera delicada de entregárselo. Y si no, dáselo a Cáritas de tu parroquia, que sabrá bien qué hacer con ello.
Además, es posible que haya alguna persona cerca de tu casa que esté sola. Quizá tu párroco. Invítale a compartir con tu familia la cena de Navidad. Siempre hay personas mayores que no tienen a nadie. Y si piensas invitar a tu párroco, pregúntale antes por sus horarios de misas y de otros servicios.
Finalmente, no faltes a la misa del gallo. En familia. Que lo importante de esa noche no es la cena en familia, sino la celebración del nacimiento del Hijo de Dios.

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