viernes, 8 de noviembre de 2013

HASTA LUEGO

El mes de noviembre comienza con la fiesta de todos los Santos y continúa con el día de difuntos. La fiesta de todos los Santos es una cinfesión de esperanza en el Dios de la Vida, como las sagradas Escrituras llaman también a nuestra Padre Dios. Y como nos garantiza la resurrección de Jesucristo. Los Santos que celebramos en esa fecha es la asamblea imnumerable de personas que pasaron por el mundo haciendo el bien. Entre ellos, muchos familiares y amigos nuestros. Confesamos que viven con Dios, en el seno de Dios, donde conservan su personalidad, enriquecida ahora por la "luz de la gloria" y la irradiación del amor y de la bondad divinas. Creemos y confesamos que ya han sido "divinizados". A la luz de esta fiesta de todos los Santos, rezamos por los seres queridos que han muerto, los encomendamos a Dios y reafirmamos nuestra comunión de amor y de esperanza con ellos. Porque sabemos que "la vida no termina, se transforma, y al deshacerse nuestro cuerpo, adquirimos una morada eterna en el cielo", como dice el prefacio de la misa de difuntos. Porque Dios nos dio la vida para siempre y, en su seno, ya no habrá lágtimas que enjugar ni tristezas que consolar. En Él encintraremos lo mejor que hemos deseado, esa plenitud que anhelamos en lo más hondo del alma. Las gentes de mi tierra (Montes de Toledo y zonas limítrofes de Extremadura) tenían la costumbre de poner en las tumbas este epitafio: "Hasta luego". Su intención no era recordar a los demás que van a morir, sino manifestar la esperanza de que volveremos a encontrarnos más allá de la muerte. Pues como decía San Agustín, "la muerte no es nada; solamente me ido a la habitación de al lado.Yo sigo siendo yo, vosotros seguís siendo vosotros; lo que era para vosotros, lo sigo siendo. Seguid llamándome con el nombre con el que siempre me habéis llamado, seguid hablándome como lo habéis hecho siempre. No habléis de otra manera, no os pongáis solemnes ni tristes; seguid riéndoos de las cosas de las que solíamos reirnos juntos".

1 comentario:

  1. ¡"Que alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor!"Todos, realmente,estamos en marcha hacia Dios.¿Concebimos nuestra vida como algo que avanza hacia una meta, hacia alguien?

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