domingo, 19 de enero de 2014

EL MESIAS SIERVO

Hemos comenzado el año con un anuncio y una llamada impresionantes: Éste es mi Hijo muy amado,escuchadle. La Palabra de Dios de este domingo, 19 de enero, da un paso más a la hora de invitarnos a escuchar a Jesús. Él se presenta como el Mesías Siervo. No es el Mesías poderoso que esperaban las capas populares, sino el Mesías que ha venido a amarnos y a servirnos desde la debilidad, convirtiéndose en el servidor de la mesa, en el que se inclina ante un leproso para acariciarle, en el que comparte mantel con los pecadores y en el que nos lava los pies. Pienso que el Papa Francisco, bajándose del pedestal y acercándose a las personas en las que ve reflejada la soledad o la marginación, nos está acercando a Jesús Siervo. Es cierto que pierde mucho del "misterio" que envuelve a la persona inalcanzable, que nos bendice desde un excelso pedestal y resulta inasequible para los más pobres. Pero de esta manera, con sus gestos tan llenos de frescor y de humanidad, nos acerca al Hijo de Dios, que se despojó de su rango y nació en una cueva de animales. Lejos de suponer una banalización de Dios, su cercanía nos lleva a la profundidad del Misterio del Dios, que nos ha creado y se ha hecho uno de nosotros. Pues como dice la oración colecta del domingo 26 del tiempo ordinario, Dios manifiesta su poder en que nos ama, nos poerdona y se deja matar por nosotros. Esa es la omnipotencia del Amor divimo, que se nos ha regalado en Jesucristo. Los que tenemos la dicha inmerecida de haber sido llamados y elegidos para servir al Pueblo de Dios como sacerdotes (Obispos, presbíteros y diáconos) tenemos que aprender a representar a Jesucristo Cabeza y Pastor de la Iglesia en su condición de Siervo y en su forma de servir. No perdemos la verdadera "autoridad" (aquella que la gente descubría y admiraba en Jesús) por el hecho de vivir en medio del pueblo, sino que la perdemos cuando nos subimos al pedestal de los títulos, del dominio y del orgullo. ¡Del orgullo clerical!

2 comentarios:

  1. Un Sacerdote no deja de imitar a Cristo porque tenga un "santo orgullo clerical"; tiene que sentirse un hombre especial porque es un elegido por Dios para ser su Ministro, ¡no es un funcionario corriente..! Como usted ,que tiene autoridad y se mezcla con el pueblo.Un cordial saludo. MªJosé.

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  2. Un Sacerdote, sólo sirve para eso: para ser otro Cristo, sus manos, toda su Persona son consagradas para ser un Ministro de Dios; tiene el poder de perdonar los pecados y de hacer bajar a Dios al Altar cuando pronuncia las palabras de la Consagración; es un Sacerdote siempre, no hay ratos que no lo sea; es muy importante que se sienta siempre un Ministro del Señor y que tenga una compostura propia de un Cura, que no sea motivo de escándalo en ningún momento.

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