lunes, 6 de enero de 2014

DESCUBRIR A JESUCRISTO EN LA VIDA

Los Magos de Oriente encontraron a Jesús en la forma de un niño desvalido, y vieron en Él al Enviado de Dios. Se les había insinuado su llegada en medio de su trabajo, mientras observaban el curso de los astros. Y también cada uno de nosotros le podemos descubrir en nuestro trabajo de cada día. Porque el Señor nos sale al encuentro en los acontecimientos de la vida, grandes y pequeños. Para descubrir su presencia, necesitamos proceder con estas cuatro condiciones. La primera, permanecer siempre abiertos a la posibilidad del Misterio, a la dimensión transcendente de la existencia y de la vida. Porque no todo cuanto existe cabe en esta tierra; ni siquiera en la inmensidad del universo. Dios está presente entre nosotros, pero también está más allá de lo que se ve y se toca. Por eso decimos que transciende el mundo visible, que es transcendente. La segunda, buscar la Verdad con sinceridad de corazón, porque sólo los limpios de corazón pueden ver a Dios, como decimos en las Bienaventuranzas. Herodes disponía de más información que los Magos, pero él no "vio" al Enviado del Señor, no le reconoció porque era una persona retorcida, llena de falsedad. La tercera condición, fomentar en lo más hondo del alma esos anhelos de Bondad y de Belleza que nos permiten permanecer siempre en actitu de espera. Y dejar que nuestro corazón acompañe siempre a nuestra búsqueda intelectual Finalmente, amar. Todo el que ama de verdad y trata de desarrollar cada día su amor a la vida y a los demás, termina encontrándose con Dios. Quizá de una manera oscura, al menos al principio, pero un día cualquiera, mientras se acerca al otro, descubrirá en él a Dios, porque Dios es amor.

1 comentario:

  1. SÍ,Dios es Amor. Dios, en cualquier momento irrumpe en la vida de una persona, por Gracia; y, esa persona queda transformada; reconoce en sí misma que hay un antes y un después de la intervención de Dios.La persona que ha sido bendecida por Dios, vive en su Presencia cada minuto de su vida, tiene una gran necesidad de amar y una paz que no le permite irritarse por cualquier tontería.De una manera evidente se encuentra con Dios en cada "otro"; y en cada paso que da, porque Dios está siempre con nosotros aunque no lo podamos ver.

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