viernes, 3 de octubre de 2014

"SI DIOS NO EXISTE, TODO ESTÁ PERMITIDO". DOSTOYEVSKI

Esta afirmación del gran novelista ruso F. Dostoyevsk ha hecho derramar toneladas de tinta a los filósofos. Y viene a poner de manifiesto que, sin Dios, resulta imposible establecer los fundamentos de una ética válida para todos y que obligue en conciencia a todos. Es verdad que muchas personas no creyentes tienen una gran calidad ética y son verdaderos ejemplos de grandeza moral. Pero la cuestión es otra: ¿Por qué tiene validez para todos y en todas partes un principio moral? Entre los diversos intentos, están el utilitarismo (es bueno lo que resulta útil); el hedonismo (es bueno lo que proporciona placer); el consensualismo (es bueno aquello que consensuamos entre todos)... Pero todas estas posturas terminan por caer en el relativismo moral: lo que es bueno hoy, puede considerarse malo mañana; y lo que es bueno para tí, puede que no lo sea para el vecino. De tal manera que yo no he visto la posibilidad, por mucho que he reflexionado, de contradecir a Dostoyevski,"Si Dios no existe, todo está permitido" A no ser que queramos identificar lo que es ético con lo que es legal. Pero eso daría nueva base al relativismo, que consiste, dicho en pocas palabras, en que en este mundo, "nada es verdad ni mentira, pues todo depende del cristal con que se mira". La falta de convicciones morales profundas es la que ha llevado al desarme moral de la sociedad española. El aspecto más hiriente de esta falta de valores es, en estos días, todos los asuntos de corrpción que están aflorando en cuanto al uso de fondos públicos por parte de responsables políticos, empresariales y sindicales. Pero dicha corrupción no se debería limitar al uso de los fondos públicos, sino que abarca así mismo la hoestidad en el desenpeño del trabajo, la fidelidad a la palabra dada, la sinceridad con las personas cercanas y no cercanas, el respeto a la dignidad del otro y a todos sus derechos... Pienso que el problema de fondo que tenemos es la falta de valores compartidos y la nula educación en valores. O lo que es igual, que hemos perdido el norte y no sabemos ya qué es el bien y qué es el mal. Y en este erial, son muchos los que consideran que el bien y el mal no existen. Y que, sin principios, se puede hacer cualquier cosa, con tal de que no me pillen en falta.

1 comentario:

  1. La oferta de un indeferentismo en clave de "levedad del ser"que leemos en Kundera y U. Eco. Aquí ni la naturaleza ni el hombre, ni Dios tienen lugar...Es la indiferencia y la increencia en clave de "levedad". Nada tiene importancia; en este nivel, la historia del hombre es juego y todo levedad y, en tal situación, el hombre se siente con el derecho de aprovecharse de todo lo que pille o de dejarse "caer en el vacío".

    El humanismo creacionista nos propone un Dios Absoluto de Quién depende todo; que nos lleva a encontrarnos con un Dios que es AMOR que ama al hombre como fin, no como medio ni como fin último, de manera que el hombre y el cosmos tienen un lugar propio en este mundo creado.

    El hombre de nuestros días, debe adoptar una actitud de coraje y de lucha frente a las estructuras de pecado. El modelo es Cristo que no alardeó de su rango, sino que se presentó como uno más. Su señorío sobre el mundo, consistió en enseñar, alimentar y curar y liberar al hombre.Cristo con su Redención se hizo responsable de todos los hombres.

    ResponderEliminar