jueves, 27 de enero de 2011

CONFIGURARSE CON JESUCRISTO

San Pablo, convertido de perseguidor en seguidor y testigo de jesucristo, cuando trata de explicar lo que le ha sucedido al encontrar la fe, dice que es como nacer nuevo, como morir y resucitar. El cambio que experimentó fue tan profundo, que llegará a decir: "Vivo yo, pero no soy yo; es Cristo quien vive en mí". Lo suyo fue una experiencia deslumbrante, un encuentro con Jesucristo que se produjo de manera inesperada y se fue desarrollándo a lo largo de toda su vida, en medio de los sufrimientos y de las alegría diarias.

Para explicar este cambio, los maestros de espiritualidad hablan de "configurarse" con Cristo. O lo que es igual, vivir un proceso de identificación con Él. La mayoría de los cristianos vivimos ese proceso de una manera progresiva y lenta. Lo que de verdad importa es que cada vez haya en nosotros más ideas de Jesucristo. La lectura diaria de los evangelios nos ayuda a desechar las ideas y convicciones que no son evangélicas y a asimilar los puntos de vista de Jesucristo en nuestro trato con Dios, con los demás y con el mundo. Porque hemos crecido en una cultura neopagana y la mayoría de nuestras ideas y convicciones son contrarias al evangelio.

Además de las ideas, el trato amisto con Jesucristo nos lleva a hacer nuestros sus sentimientos, a arrojar de nuestro corazón los resentimientos, la soberbia, la envidia, el afán de sobresalir, la violencia... y a revestirnos de los sentimientos de Cristo: La paz interior, la bondad, la alegría, la grandeza de alma, la humildad...

Y finalmente, a imitar los comportamientos de Jesús de Nazaret y sus actitudes para con Dios, para con el otro y para con las cosas. Es decir, a vivir con amor, siguiendo los mandamientos y en la estela de las bienaventuranzas. Y a entrenarnos cada día para amar. En una palabra, se trata de configurarnos con Jesucristo, para que podamos decir también nosotros: "Vivo yo, pero no soy yo; es Cristo quien vive en mí". O "mi vivir es Cristo".

3 comentarios:

  1. Muchas gracias. Vivir un proceso de identificación con Él, donde El es el protagonista, donde Él es el que nos configura, el que nos hace capaces para tener sus ideas, hacer nuestros sus sentimientos e imitar progresivamente sus comportamientos. La aventura del encuentro con Cristo es apasionate, feliz, que Él hace posible porque "Te basta mi gracia".

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  2. Creo que has dado en el clavo, Antonio!

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  3. San Pablo se cristificó, asumiendo el proceso de configuración e identificación con la persona de Jesucristo.
    El reto es dejar que Dios sea Dios en el corazón de quien decide pertenecer al grupo de los discípulos.

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