jueves, 24 de noviembre de 2011

ANTE UNA NUEVA ETAPA

El viernes día 18 de noviembre me recibió el señor Obispo. Me había llamado el día anterior para comunicarme que cesaba como Delegado de Medios de Comunicación del Obispado. Es un relevo normal. En una de mis primeras entrevistas con él, cuando había tomado posesión del Obispado de Málaga, le manifesté mi deseo de seguir trabajando en esta diócesis y de seguir incardinado en la de Toledo, donde me ordené. Además, le dije que mi decisión de seguir trabajando aquí no implicaba condiciones, pues como Obispo de la diócesis a quien debo obediencia, podía disponer de los cargos que me había encomendado su predecesor: Profesor de Teología Fundamental en el Seminario Mayor y en el Instituto de Ciencias Religiosas, Párroco de Santa María Estrella de los Mares y Delegado de Medios de Comunicación del Obispado.
Ahora ha considerado que había llegado el momento de relevarme como Delegado de Medios. Al conocer la noticia, muchas personas me han preguntado cómo me encuentro. Y les aseguro que lleno de paz interior y abierto a iniciar nuevos proyectos para dar a conocer el Evangelio. En la Delegación de Medios de Comunicación he disfrutado mucho durante todos estos años, sostenido y ayudado por un equipo formidable de periodistas y de voluntarios. Juntos, como hermanos en la misma fe, iniciamos la publicación del semanario DIOCESIS; hemos abierto y mantenido varios programas de radio; iniciamos la página Web de la Diócesis en condiciones muy precarias, hasta que llegó ese gran profesional que es el informático del Obispado; hemos confeccionado y se sigue confeccionando la página religiosa de periódicos; participamos en la experiencia de Popular Televisión, hasta que nos la cerró la Junta de Andalucía y mandó a varios profesionales al paro; montamos la primera televión y la primera radio en internet, que están ahí y mejoran por días; hemos publicado libros... Han sido unos años apasionantes de creatividad y de trabajo para dar a conocer el Evangelio. La Conferencia Episcopal reconoció nuestra tarea con un premio Bravo; el periódico SUR, con un premio a la página Web; y nuestros amigos de radio Vaticana, con diversos encargos para sus emisiones y con su inestimable ayuda para las nuestras.
Por supuesto que hemos cometido errores y hemos podido hacer mejor muchas cosas, pero nos hemos ayudado a reconocerlos y a superarlos, siempre con una actitud de crítica positiva y con el eslogan de que la palabra imposible no existía en nuestro diccionario.
Como véis, son motivos suficientes para dar gracias a Dios por esta hermosa tarea. Y para darle gracias por la calidad humana, creyente y profesional de todas las personas con las que he tenido la fortuma de trabajar. Entre ellas, han constituido un formidable apoyo, desde el anonimato, las personas encargadas de empaquetar y de repartir la revista DIÓCESIS.
Y ahora, a comenzar nuevas aventuras: en la página Web de la parroquia, en el Blog, en un nuevo libro, éste sobre los frutos del Espíritu Santo, que tengo iniciado y en los periódicos que me abran sus puertas.
Pues como he escrito y he dicho muchas veces, desde que empecé a trabajar en radio Vaticana en el año 1965, en el reparto de tareas, me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad: Hablar a Dios de los hombres y hablar a los hombres de Dios.

1 comentario:

  1. Gracias por todo, por tu ejemplar aceptación de la voluntad de Dios (que también llega por la decisión del Sr. obispo) y tu respuesta obediente, fiel, alegre, jovial y creativa.

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