sábado, 24 de diciembre de 2011

EL HIJO UNIGÉNITO DE DIOS HA NACIDO EN BELEN

Los cristianos celebramos esta noche el nacimiento de Jesús de Nazaret en Belén. Hombre cabal y perfecto por su madre; y Dios de Dios, por su Padre. Pues como confesamos en el Credo, Jesús es Dios y hombre verdadero. Es el Cristo, el Mesías esperado, que ha venido al mundo.
El que existía desde siempre en el seno de Dios Padre, ha entrado en nuestra historia, para que los hombres participemos de la vida divina. Se ha hecho hombre mortal, para que participemos de la vida de Dios. Ahora somos sus hijos adoptivos por la fe y el bautismo.
Todos los que estáis enfermos o sufrís por cualquier otro motivo, levantad vuestra mirada a Dios, que os ama como un Padre. Como amó a su Hijo Jesucristo cuando lo vio en una cruz.
Todos los que estáis tristes por la pérdida de un ser querido, sabed que volveréis a encontrarlo más allá de la muerte y de las lágrimas.
Todos los que os encontráis solos, no olvideis que Dios está a vuestro lado y os anima a descubrir su presencia. Quizá, en la sonrisa de un niño o en la mirada de alguien que llama a la puerta y se detiene junto a vosotros.
Todos los que habéis perdido la fe y la esperanza, acercaos a Belén, donde os espera nuestro Padre Dios en la debilidad de un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Abrid el corazón a la esperanza y a la Vida. ´
Y todos los que compartís esta fe, dad gracias al Señor por el milagro de creer; y demostrad con vuestro amor, con vuestra cercanía a los que suifren, con vuestra solidaridad con los que carecen de trabajo y con vuestra capacidad de escucha, que efectivamente Dios, el Dios humano de Belén, ha nacido en vuestro corazón y os ha enseñado que el amor es el camino hacia la Vida, la estrella que nos lleva a Belén y la luz que brilla en las tinieblas de un mundo encerrado en si mismo y en su miseria moral.

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