viernes, 15 de junio de 2012

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Hay muchas personas que se amargan la vida y sufren por lo que los demás dicen o peinsan de ellas. Se sienten humilladas y despreciadas por el juicio de los otros y llegan a perder la confianza en sí mismas; eso que los psicólogos denominan la autoestima.
También en este campo, la Verdad nos hace libres. Para un cristiano, la Verdad es Jesucristo, el amor que nos tiene y el camino que nos marca. Es natural y prudente que cuando dicen algo de nosotros, o nos echan algo en cara, hagamos examen de conciencia. Y si vemos que tienen razón, es Dios quien nos está invitando, a través de ese hermano y de sus palabras, a corregir nuestra conducta. Pero si, después de analizar a fondo nuestros hechos y actitudes, vemos que está equivocado, no hay motivos para preocuparse o sufrir.
Es inútil defenderse pues, como escribió Einstein, es mucho más difícil deshacer un prejuicio que de sintegrar el átono. Y tampoco considero que sea necesario, pues lo que me debe importar es la limpieza de mi corazón y lo que Dios piensa de mí. Porque Dios es la Verdad que me hace libre frente a los prejuicios del otro, frente a sus sospechas y a su juicio; libres de miedos, de rencores, de juicios de valor malévolos, de murmuraciones... Lo que me debe preocupar es lo que mi conciencia me dice y lo que Dios piensa de mí.     

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