martes, 10 de julio de 2012

EL BOSON DE HIGGS

Muchas personas se preguntan qué importancia tiene para un creyente el reciente descubrimiento de la partícula llamada el bosón de Higgs. Mi opinión es que tiene una gran importancia, porque los creyentes somos humanos, y Dios nos encomendó este mundo en el que todos vivimos para conocerlo, amarlo y cuidarlo, ya que es nuestra casa, nuestro huerto y nuestro jardín. Por eso, todo nuevo descubrimiento es un motivo de alegría, porque nos revela la grandeza y belleza del mundo y el papel impresionante  de la inteligencia humana y de su búsqueda continua.
 Además, todos los nuevos descubrimientos, bien usados, pueden contribuir a un desarrollo mayor del saber y de nuestra capacidad de actuar en los procesos de la materia.
Fuera de esto, no implica ninguna dificultad para un creyentes. Es un paso más en nuestro conocimiento del mundo, pero la ciencia no tiene la posibilidad ni la misión de afirmar o negar la existencia de Dios. Ella, con sus resultados, nos acompaña un trecho del camino y nos facilita el viaje, pero no puede responder a la grave pregunta de por qué hay algo en lugar de nada, ni de si el viaje tiene una meta.
De la misma manera que la ciencia, con sus laboratorios, no sabe lo que significa entregar un ramo de rosas a una persona, tampoco sabe por qué hay mundo, quién hizo esas leyes que vamos descubriendo poco a poco, de dónde viene el hombre, que sentido tiene la vida, qué cabe esperar más allá de la muerte... Lo que sí nos enseña es que el mundo y el hombre son mucho más complejos que lo que imaginaban nuestros mayores. Y por eso, cada paso de la ciencia nos lleva a descubrir a un Dios más grande, más desconcertante y más bello.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario