viernes, 20 de septiembre de 2013

DIOS NOS AMA

Hace unos meses falleció una persona que acudía a charlar con mucha frecuencia. Junto a una fe profunda y chapada a la antigua, tenía una conciencia muy escrupulosa que le impedía vivir el seguimiento de Jesucristo con la paz que nos proporciona la certeza de que Dios nos ama. Y cada vez que, en nuestra conversación, le recordaba que Dios nos ama con la ternura de un Padre, se le iluminaba el rostro. ¡Dios sí que existe y nos ama! Es el núcleo central del Evangelio, que se nos ha dado a conocer en la vida, en las palabras, en la muerte y en la resurrección de Jesucristo. Es también el primer paso para desarrollar una espiritualidad cristiana profunda: la certeza de que Dios te ama, porque es rico es misericordia; porque es Amor. A pesar de tus pecados, de tus debilidades, de tus carencias de todo tipo. Para que este amor no se quede en una idea, es necesario tomar conciencia viva de su presencia y ternura en nuestra vida diaria. En todo lo bueno que nos sucede, descubriendo que son signos más o menos elocuentes de su amor; y en el sufrimiento de cada día, visto a la luz de la muerte de Jesucristo por nosotros, muerte en comunión con todos los crucificados. Porque el Señor no resuelve nuestros problemas ni nos libra de nuestros sufrimientos, pero está siempre a nuestro lado y nos da la luz y las fuerzas necesarias para poder vivirlos y superarlos. Una manera sencilla de profundizar en esta experiencia del amor de Dios consiste en revisar, al final de la jornada, todos los signos alentadores de su amor y su ternura que hemos vivido durante el día. Muchos creyentes suelen hacer examen de conciencia al final del día y se preguntan cómo se han comportado con Dios. Me parece bien y nos ayuda a conocer cómo es nuestra respuesta de fe. Pero ese examen sobre los pecados, tiene que ser completado por el otro que he señalado antes, por el recorrido de todos los signos de la presencia de Dios en nuestra vida. Porque un santo es una persona que ha descubierto que Dios la ama y vive ese amor con gratitud, confianza y alegría.

1 comentario:

  1. Amadísimo en Cristo, Señor. Yo estoy segura del Amor de Dios: Me encontré con ÉL en cada uno de los enfermos, que, a lo largo de mi dilatada vida profesional ,tuve que atender:soy Enfermera . Han sido más de cincuenta años que pasaron bien de prisa.He rezado con ellos;he preparado a alguno para bien morir y, hasta tuve que bautizar algún prematuro que no llegaba al día siguiente.
    Un día, cuando menos lo esperaba , me informan que se va a producir una "reconversión" en el Hospital y que va a haber prejubilaciones me jubilo.Pero me sentía mal; tenía que hacer algo y, aquel mismo año me matriculé para hacer la Diplomatura en Teología y Ciencias Religiosas. Hice los tres cursos en Barcelona y,con el Título en la mano, trasladé la matrícula al ISCREM,málaga, donde hice la Licenciatura,He conocido grandes Teólogos y personas muy buenas que me han ayudado a ser mejor.Ahora ya debo de ser santa porque he descubierto que Dios me ama y vivo ese Amor de Agape con profundo respeto, con una gran confianza y alegría porque jamás me deja sola ni de noche ni de día.Por fidelidad a mi Bautismo y por un deber de gratitud lógico me he abandonado en Sus Brazos esperando con impaciencia el gozoso Día de verle Cara a cara.

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