lunes, 26 de septiembre de 2011

EL MES DEL ROSARIO

Desde tiempos antiguos, octubre es para los católicos el mes del rosario. Esta devoción mariana, tan sencilla como popular, tiene una gran deuda con santo Domingo y con los padres dominicos, aunque la costumbre de rezar avemarías mientras se meditaban los principales misterios de la vida del Señor es más antigua.
Era una forma de repartir al pueblo de Dios, que no disponía de libros ni sabía leer, el pan de la Palabra. Porque lo importante del rezo del resario es profundizar con la mente y con el corazón en los principales misterios de la vida, la muerte y la resurrección del Señor. Y se medita cada uno de estos misterios durante las diez avemarías que se rezan. Así vamos recorriendo despacio su encarnación, la visitación de María a santa Isabel, su nacimiento, su bautismo en el Jordán, su primer anuncio del Reino, hasta llegar a su muerte y a su resurrección, junto con la venida del Espíritu Santo. De esta manera, también en el rezo del rosario la Virgen nos remite a Jesús, como hizo en las bodas de Caná cuando, señalando a su hijo, dijo a los servidores: Haced lo que Él os diga.
A pesar de su aparente sencillez, esta devoción popular nos ayuda adentrarnos en el amor y en el conocimiento de Dios nuestro querido Padre, que se nos ha manifestado en Jesucristo y que nos sostiene con el Espíritu Santo. Y lo hacemos de la mano de María.

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