sábado, 13 de octubre de 2012

LA REBELIÓN DE LOS CIUDADANOS

Los comentaristas se preguntan por qué las encuestas de opinión sitúam a los políticos entre los problemas más importantes que tenemos los españoles. Por supuesto que hay políticos trabajadores y honrados, y que toda generalización es engañosa. Pero el mal ejemplo que dan muchos de nuestros gobernantes termina por desmoralizar a los ciudadanos.
Por poner sólo algunos ejemplos de máxima actualidad: que el día 12 de octubre varios presidentes de las autonomías no acudieran a representar a sus gobernados en la fiesta de todos los españoles, presidida por las máximas autoridades del Estado; que los gobiernos autonómicos y numerosos ayuntamientos no paguen, en plazos razonables, las deudas contraídas, y sean la causa de la quiebra de numerosas empresas; que nos mientan sobre la deuda real que tienen; que de los depósitos de la policía hayan desaparecido muchos kilos de drogas incautadas, que, se supone, estaban bien custodiadas; que haya desaparecido de la audiencia nacional el disco duro que contiene las grabaciones del caso Faisán, relacionado con ETA; que haya gobiernos autonómicos que no respetan la Constitución en materia de lenguas, y que el gobierno central no haga nada por impedirlo...
Si nuestras autoridades, los llamados "padres de la patria", son tan pródigos en dar malos ejemplos, no es extraño que se acreciemte la crisis de valores en todas las capas sociales. A quien me diga que también los sacerdotes y la Iglesia tenemos por qué callar, le reconozco que tiene razón. La Iglesia lo ha reconocido y ha pedido perdón. Y yo mismo decía, en uno de mis escritos recientes, que la nueva evangelización tiene que comenzar por una profunda conversión y reforma de los sacerdotes. Y hoy añado, y de la Iglesia en general.    

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