viernes, 21 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD

Durante estas fechas, son numerosas las llamadas, las tarjetas y los corresos electrónicos que recibo cada día. Mi primera reacción es la gratitud a quien se acuerda de mi y la gratitud a Dios, porque tengo amigos. En el mundo de las muchedumbres solitarias, es un verdadero privilegio. La segunda, es corresponder y a esas personas y, además de enviarles algún signo visible, las pongo en las manos de Dios, rezo por ellas y analizo todo lo que me han aportado a lo largo de mi vida. Soy consciente de que debo a los demás casi todo cuanto tengo y cuanto soy. Por supuesto, empezando por mis padres, mis hermanos y mis orofesores.
Cuando las llevo a la presencia de Dios, pido que les regale cosas muy sencillas y muy prácticas: la paz del corazón, la alegría de vivir, mucho amor de buena ley, abundancia de amigos y la atención necesaria para que descubran el paso de Dios por sus vidas. Sólo en algún caso pido también al Señor que les dé la salud que necesitan, hasta que aprendan a aceptar sin miedo y sin desesperanza los achaques de cada día y que se cumpla su voluntad. Junto con el trabajo y con un salario suficiente para comer, vestirse y realizar algún viaje, pienso que es todo lo necesario disfrutar de una vida buena.
Todo eso es lo que os deseo a cada uno de vosotros, amigos que frecuentáis este blog, mientras que me preparo a celebrar con alegría, gratitud y hondura la fiesta de la venida del Señor: la venida de hace dos mil años, cuando nació pobre en Belén; y la venida de hoy, cuando llama silencioso al corazón de cada uno de nosotros, todos los hombres, sus hijos, empezando por los más pobres y solos.

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