viernes, 28 de marzo de 2014

A LA TARDE, NOS EXAMINARÁN DEL AMOR

Así resume san Juan de la Cruz la síntesis que hace Jesús de los Diez Mandamientos: Amar a Dios y amar al prójimo. "A la tarde,nos examinarán del amor", dice el Santo. Porque hemos nacido para aprender a amar, pues fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, que es Amor. Por eso, cuando nos adentramos en el amor, descubrimos lo mejor que hay en nosotros y ponemos en juego los mejores talentos que hemos recibido. En estos momentos de precariedad económica, cuando en torno a un treinta por ciento de los niños españoles viven en situación de pobreza, es natural que insistamos en compartir nuestros bienes materiales con los que menos tienen. Especialmente, porque esos que menos tienen son niños indefensos. Además de la ayuda directa a los casos que tenemos cerca, quizá en nuestra misma familia, existe la posibilidad de llegar a esos hermanos a través de Cáritas. Es lo que hacen numerosos miembros de nuestras comunidades parroquiales. Entre ellos, personas que viven de una pensión, y comparten cada mes, desde el total anonimato, con sus hermanos desconocidos. Pero además de una precaria situación económica, vivimos en una profunda crisis de fe. Y otra manera de ejercitarnos en el amor fraterno consiste en llevar a Dios a esos hermanos que se han olvidado de Él. Cada domingo, cuando celebro la misa a los ancianos de una residencia de mi parroquia, les insisto: No dejéis de hablar de Dios y de Jesucristo a vuestros hijos y nietos, aunque parezca que no os prestan atención. Decidles que Dios sí existe y que los ama; decidles que Jesucristo vive y camina a su lado; y decidles que lean el evangelio cada día y que rezáis por ellos. Es otra forma de practicar el amor fraterno y de ayudar a los que viven como si Dios no existiera. Es verdad que muchos de ellos son muy buenas personas. Razón de más para recordarles que Dios sí existe y los ama. Porque el Pan de Vida, Jesucristo, también es necesario para tener una vida buena.

1 comentario:

  1. Reverendo, yo no soy pobre; pero me gustaría poder disponer de todas las cosas superfluas que poseo...mi marido, sin ser un avaro, vive como si no tuviera que morirse nunca; no tenemos hijos y le parece que si nada tenemos nadie nos va a cuidar y nadie nos va a querer...Un cordial y respetuoso saludo. MªJosé.

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