martes, 9 de marzo de 2010

La inteligencia, un camino hacia Dios

Benedicto XVI suele repetir con admirable constancia que fe y razón son las dos alas que nos permiten elevarnos hasta Dios. Además de descubrir el rostro de Dios vivo mediante la lectura y meditación de la Palabra, también el ejercicio de la inteligencia es un camino hacia Dios. Es lo que nos enseñan lols escritos sapienciales de la sagrada Escritura, que son una especie de puente entre la divina revelación y la sabiduría de los pueblos del entorno.
Para buscar a Dios por este camino, hay que hacer silencio en lo más hondo de nosotros mismos y dejar que afloren preguntas tan sencillas como estas: ¿Es posible que el azar sea el origen y la meta de un mundo cuyos secretos apenas estamos empezando a vislumbrar? ¿Por qué hay algo en lugar de nada? Esos anhelos de bondad, de verdad y de belleza que llevo dentro, ¿apuntan a un horizonte de sentido o son tendencias fallidas? ¿Por qué me reprocha la conciencia cuando pisoteo a los demás para conseguir mis caprichos? ¿Por qué decimos que el respeto de los derechos humanos es obligatorio para todos y en todas partes? ¿Por qué criticamos a quien conculca estos derehos?
Junto a estas preguntas, es importante preguntarse sobre lo que es la Belleza, la Bondad y la Verdad de Dios. Pero conscientes de que Él es siempre mayor y de que la mente humana sólo puede vislumbrar su presencia. No porque el Misterio sea oscuro, sino porque es un exceso de luz y nos deslumbra.

1 comentario:

  1. El Cristianismo, frente a otras religiones, es la religión de la Razón. Razón y fe, como vemos en la admirable figura de Benedicto XVI, deben ir y van juntas.

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