miércoles, 31 de marzo de 2010

Jueves santo: Dios se arrodilla ante el hombre

Lavar a los pies a los invitados era una costumbre práctica, ya que la cena se desarrollaba estando tumbados unos junto a otros. Era también un signo de acogiday de amistad. Este trabajo lo realizaban los esclavos. Lo sorprendente del gesto es que quiera hacerlo Jesús en persona, por lo que Pedro se opone a que le lave los pies. No acepta que el Maestro, de quien ha confesado que es el Hijo de Dios, le lave los pies, como si fuera un siervo, un esclavo.
Con su gesto, Jesús está anticipando su muerte en la cruz; una muerte que escandilazará a sus seguidores, porque era la muerte apropiada para los esclavos. Él se quiere presentar como el servidor de todos, identificándose con los esclavos. Es el Mesías Siervo, como había profetizado Isaías.
Impresiona ver a Dios arrodillado ante el hombre. No se presenta rodeado de nubes y de fuego, como en el monte Sinaí, sino como el servidor de todos. A quien tema que la fe en Dios disminuya la grandeza del hombre, les recuerdo que el Dios en quien creemos los cristianos es el Dios fiel y rico en misericordia;el Dios que nos espera con los brazos abiertos, y no teme en lavarnos los pies como un esclavo, para que descubramos la grandeza de su amor. Un amor que nos humaniza y nos hace libres.

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